Informó que están en conversaciones con el gobierno de Bogotá para permitir el paso de 350 estudiantes
El vicepresidente de Venezuela, Jorge Arreaza, se reunió ayer en la Casa Amarilla, sede de la Cancillería, con 70 embajadores y representantes del cuerpo diplomático acreditado en el país para exponer la posición del gobierno sobre el cierre de la frontera con Colombia y la deportación de ciudadanos de esa nación que, según el Ejecutivo venezolano, vivían en Táchira en condición irregular.
El funcionario informó que están en conversaciones con el gobierno de Bogotá para permitir el paso de 350 estudiantes, algunos menores de edad, que requieren del acompañamiento de sus representantes, y de trabajadores que forman parte de las nóminas de empresas venezolanas, pero que viven en Cúcuta.
Afirmó que, por mucho tiempo, Colombia y algunos de estos ciudadanos se aprovecharon de la solidaridad venezolana y que con el contrabando le niegan a muchos venezolanos, de esas localidades, el derecho a la alimentación, a los productos higiénicos y al combustible, para además sacarle ganancias con impuestos. Arreaza denunció otra vez el paramilitarismo y el hallazgo de fosas comunes.(EN)
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