El Cicpc ha practicado varias detenciones en Maracaibo durante las últimas horas, entre ellas a dos funcionarios de la Gobernación del Zulia, por estar vinculados presuntamente a una peligrosa banda de robo de vehículos y extorsión.
La investigación se inició tras el enfrentamiento entre funcionarios del Eje contra el Robo de Vehículo del Cicpc y un grupo de robacarros, el pasado martes, en donde el único abatido quedaría identificado como un detective de la policía científica, destacado en la Subdelegación Coro.
En un primer momento, se informó que la camioneta en la que se desplazaban algunos de los delincuentes, una Toyota Tacoma, sin placas ni rotulada, se trataba de una unidad de la PNB, debido a que tiene las mismas características de los vehículos de este cuerpo policial y porque en su interior se hallaron uniformes de un polinacional.
Sin embargo, las experticias arrojaron que la camioneta pertenece al parque automotor de la Gobernación del Zulia. El caso dio entonces un giro inesperado.
El propio martes se aprehendió a Mayerlin Jaimes, esposa del detective del Cicpc Nelson Barboza Fuenmayor (23). Durante el interrogatorio, sacó a la luz la red que estaba detrás de este delito.
Jaimes es funcionaria de la Gobernación del Zulia y ejerce como Intendente de la parroquia Venancio Pulgar; tenía asignada la camioneta Tacoma que prestaba a su esposo para que delinquiera. Igualmente detuvieron a su asistente Hader Álvarez Pertuz, secretario parroquial.
Las pesquisas identificaron a los dos compinches del detective Barboza, se trata del oficial activo de la Policía Nacional Bolivariana, Feliciano Meléndez (24), y Douglas Villegas (35); éste último con un amplio prontuario delictivo y conocido como “Douglitas”. Ambos se encuentran prófugos.
Las otras dos aprehensiones se trataron de Nelson Barboza, padre del detective; así como también a la esposa del oficial Meléndez. Se encuentran a la orden del Ministerio Público.
Según una fuente de la investigación, este trío de hampones tenía un par de meses actuando en el robo de lujosas camionetas, para luego exigirles cientos de miles de bolívares a sus dueños para que los vehículos sean devueltos.(UN)
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