Los refugiados están llegando por millares a Europa |
Polonia, República Checa,
Eslovaquia y Hungría se pronunciaron hoy en conjunto contra la aplicación de
cuotas obligatorias de acogida de refugiados en los países de la Unión Europea
(UE).
"Insistimos en el carácter
voluntario" de la decisión, dijo este viernes el primer ministro checo,
Vohuslav Sobotka, en Prag, reseñó DPA.
De este modo, los cuatro países
rechazan la más reciente iniciativa de Alemania y Francia, que apuntan a
distribuir el flujo de migrantes de un modo equitativo y desde una política
comunitaria.
"Aquellas soluciones que no
contemplen las posibilidades de cada país serían contraproductivas",
advirtió por su lado la jefa de gobierno polaca, Ewa Kopacz.
Los cuatro países emitieron un
comunicado conjunto en el que exigen mejores controles de las fronteras
externas del bloque y que se instalen con mayor rapidez centros de registro de
refugiados en los países más afectados por la ola migratoria.
El primer ministro húngaro,
Viktor Orban, rechazó las críticas que aseguran que su país no está teniendo
una postura solidaria y destacó que su Gobierno debe "proteger a los
ciudadanos y garantizar su seguridad", al tiempo que volvió a señalar a
Alemania como corresponsable de la actual crisis.
Los refugiados, aseguró, son
víctimas de traficantes que los han engañado y de políticos que les han
despertado falsas esperanzas.
Orban se refirió además a la
particular situación que vive su país y a los numerosos migrantes que
decidieron marchar a pie de Budapest a Austria.
Aseguró querer tratar el tema con
sus pares de Viena. "¿Cómo solucionamos esta situación?", preguntó.
Si los austríacos recogieran a los migrantes en autos y autobuses, desde la legislación europea
serían traficantes de personas, observó el polémico jefe de Gobierno.
Estos cuatro países del este integran
el Grupo Visegrád, también conocido como V4, fundado en 1991, que lleva el
nombre de la ciudad húngara donde se encuentra el palacio en el que se celebró
aquella reunión.
En la reunión de hoy el grupo se
manifestó sin embargo en contra de volver a incorporar controles de frontera.
"Sería un gran fracaso de Europa", advirtió el líder checo, Robert
Fico. (Agencias)
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