El inicio de clases se ha convertido en una pesadilla para
los padres en la búsqueda del dinero para pagar las matrículas, adquirir los
útiles y uniformes escolares. “Me vi obligada a solicitar un adelanto de mis
prestaciones sociales. Tengo tres hijos que están en primaria y entre zapatos,
textos, cuadernos, colores y otras cosas que me pedían, mi ingreso y el de mi
esposo no alcanzaba”, contó una empleada pública que pidió no mencionar su
nombre.
En total, las tres listas que le pidieron en el colegio
público en Caracas, donde estudian sus niños, además de los uniformes de diario
y gimnasia y los zapatos, le demandaron más de 90.000 bolívares. “Fui a la
feria escolar del gobierno y en los cuadernos ahorré bastante, sin embargo no
fue suficiente”.
Marisela Yépez narró que agotó el límite de la tarjeta de
crédito en la compra de textos, útiles y los uniformes, que le costaron 30.000
bolívares. “Los zapatos, y no son de marca, los compré después y gasté otros
12.000 bolívares. Por el colegio, su papá cancela todo el año escolar de una
vez al inscribirlos”, añadió Yépez, profesional y madre de un niño que está en
preescolar y otro en sexto grado.
La semana pasada, el Ejecutivo ordenó que las clases de
preescolar, primaria y bachillerato empiecen el 14 de septiembre, lo que ha
puesto a correr a los padres con los muchachos en bachillerato. “El año pasado
las clases comenzaron en octubre y eso me dio más tiempo para comprar los
útiles”, dijo Luis García, padre de dos adolescentes, que debió solicitar un préstamo
bancario para cubrir el costo de los artículos escolares.
En Carabobo, varios padres indicaron que apelaron a las
tarjetas de crédito, pues la vuelta a clases ha descuadrado el presupuesto
familiar.
Escasez y carestía. Los padres no solo afrontan el impacto
de la inflación sobre los implementos escolares y la matrícula, en el caso de
los colegios privados. La escasez de textos y otros artículos educativos lleva
a los representantes a periplos por librerías, tiendas y ferias.
Luis Scarcioffo, presidente de la Cámara Venezolana de la
Industria Educativa y Materiales de Oficina, declaró recientemente: “En
promedio el sector tiene 15% de inventario, lo que nos hace temer que
septiembre será un mes difícil y octubre también".
Agregó que la poca cantidad de insumos con la que cuentan
las empresas ha llevado a algunas fábricas a paralizar líneas de producción. A
la situación se añade que la subasta del Sistema Complementario de
Administración de Divisas para el sector de los útiles escolares, coordinada
por el Ministerio de Comercio y prevista para junio pasado, todavía no se ha
concretado a una semana del inicio de clases.
"He recorrido cinco librerías y en la sexta fue donde
conseguí tres de los cuatro textos que necesita mi hijo que pasó a cuarto
grado. Gasté más de 3.500 bolívares", dijo una madre que pidió no citar su
nombre mientras visitaba una librería en el centro de Caracas
En el Sambil de la Candelaria está la feria escolar del
gobierno, donde la gente pernocta y hace largas colas para comprar con la
expectativa de ahorrarse la mitad del costo de la lista. Los cuadernos cuestan
80 y 130 los normales y 280 los de espiral, pero solo dejan llevar 6 unidades
por persona, mientras que en las ferias de Altamira y Chacao su adquisición es
ilimitada, sin embargo los precios están entre 380 y 550 bolívares el normal y
de 650 a 915 bolívares el de espiral.
En Carabobo, Josefina Hernández, madre de dos niños, dijo
que gastó aproximadamente 50.000
bolívares por cada uno, incluida la inscripción en el colegio, los uniformes y
los cuadernos y libros, aunque aún están incompletas.
“Un par de zapatos vale entre 8.000 y 12.000 bolívares y te
piden los negros y los blancos de deportes. Un pantalón ronda 3.500 bolívares
como barato. Yo compré en julio los cuadernos en 400 y ya aumentaron”, recordó
Hernández.
En una feria escolar en Naguanagua, Pedro Marín afirmó:
“Solamente una caja de colores cuesta entre 1.800 y 4.000 bolívares y eso que
es aquí donde se consiguen un poco más baratos”.
“Gasté 4.886 en la lista de útiles de preescolar y faltaron
las resmas de papel que cuestan más de 3.000 cada una. Además, gastamos en un
pantalón de mono y una franela 2.850; afortunadamente los zapatos se los
regalaron”, indicó Ana Karina Cabrera. En la lista escolar también le pidieron papel
higiénico, curitas, toallitas húmedas y acetaminofén para el botiquín de la
cruz roja del salón.
“En el caso de mi hijo cada libro cuesta entre 1.200 y 1.900
bolívares. Por suerte, un primo le dará tres, pero aún no terminamos de
completar la lista, los uniformes, los zapatos, porque la inscripción nos dejó
cortos de presupuesto”, contó Victoria López a la salida de una librería en la
avenida Bolívar de Valencia. Su hijo estudia en un colegio privado y se acordó
pagar una mensualidad de 6.000 bolívares hasta diciembre y a partir de enero
9.000 bolívares.
“Tengo tres años trabajando en una feria escolar y he notado
que ha bajado la venta. El año pasado por esta fecha estábamos full. La mayoría
de los clientes se llevan todo lo que le piden en la lista, pero siempre
solicitan lo más económico”, informó Elisa Rodríguez, vendedora.(EN)
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