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domingo, 23 de agosto de 2015

51 años de la tragedia de los maestros en la Llovizna (+Fotos)


El 23 de agosto del año 1964, la recién abierta instalación del parque La Llovizna fue el lugar donde más de 50 educadores  perdieron la vida al caerse uno de los puentes colgantes por la misma imprudencia de los maestros que desoyeron los consejos de evitar pasar en grupos grandes por el puente.  Una tragedia ocurrida hace 51 años que hace impide abrir al público uno de los parques más bellos de Venezuela y el mundo.

 En dicho accidente, nunca se supo con exactitud la cantidad de víctimas y uno de los maestros  que estuvo a punto de pasar por el puente  fue precisamente el ilustre venezolano bautizado como el Maestro de los Maestros, Luis Beltrán Prieto Figueroa.  El 23 de agosto de 1964 no pareciera ser una fecha particular. Para los maestros que vendrían a Guayana desde distintas partes del país con el propósito de participar en la XIX Convención de Maestros tampoco tendría por qué serlo.
 El teatro SIDOR abriría sus puertas a comitivas de varios estados del país que se avocarían al llamado.Desde la Federación Nacional de Maestros se esperaba con entusiasmo la reunión. Había un recién electo presidente, adeco y guayanés, Raúl Leoni. El presidente del Congreso Nacional era Luis Beltrán Prieto Figueroa, quien también participaría en la cita.
La convención tendría el propósito de hacer cambios sustanciales en el sistema educativo venezolano. Aquellos que vinieran desde lejos tendrían un propósito más aparte de una simple intervención en el evento: conocer Guayana.

El acto termina y en la mente de las personas – la mayoría maestros – se encontraban latentes las palabras de aquellos que conocían Guayana y sus maravillas de leyenda. Desde la Siderúrgica del Orinoco salieron los autobuses. El señor Echeverría se montaría en el primero. Se suponía que era el de la delegación de Guárico, pero siempre hay espacio para uno más.
Cuando llega el primer contingente de personas, Echeverría los ordena y los pasa por el primer puente, divididos en dos grupos. Cuando está pasando el segundo llega el otro autobús sin control alguno. De esa unidad se bajan instantáneamente algunas personas que sin pensarlo fueron directamente al puente colgante de madera. La estructura estaba conformada por tablones de madera gruesa y guayas de acero que se expandían por los siete metros de largo más el metro y medio de ancho que tendría.
Se enredaron en el proceso de entrada y salida. Algunos quisieron o creyeron que podían quedarse mirando hacia abajo el agua que crujía a una velocidad admirable. Otros que querían pasar rápido por el vértigo, no podían moverse. A algunos les pareció gracioso saltar para asustar a las que gritaban en desconcierto.
El puente se rompió en segundos, mientras atónitos Gustavo Echeverría, el bombero, y Leopoldo Villalobos, cronista de la ciudad, entre otros, miraban el estruendo y la caída.
Mendoza conocía las angosturas y señales de su parque. No pensó dos veces en lanzarse para ayudar a los que estaban del otro lado y que en medio del pánico apenas si se atrevían mover.
El proceso de rescate duró dos días más. Habían hecho el intento de improvisar un helipuerto usando machetes y hachas para cortar los árboles, pero fue un esfuerzo inútil. Pudieron salir pasando veloces por donde mismo llegaron, lanzándose por un arnés y tocando el agua briosa con las nalgas. Para cuando Echeverría logró salir de la isla, se vio interceptado por agentes de la Policía Técnica Judicial (PTJ) enviados por el Congreso Nacional para saber qué fue lo que pasó.

En medio del interrogatorio, en medio de los “no sé” del bombero que se veía como un chivo expiatorio, recordando las palabras de Ravard, quien se aproximó a él momentos antes para decirle que no dijera nada, el comentario de uno de los presentes definiría la historia: “Hubiera sido mejor que se cayeran unos indígenas, en vez de esta cuerda de adecos…”.

Años atrás podíamos ver una placa grande, apostada en una piedra gigantesca, con una inscripción que decía así: “Los maestros caídos en el Caroní son cuota de vida pagada al progreso de Venezuela”. Un día la bajaron para hacerle mantenimiento por el mal estado en el que se encontraba, y desaparecería sin dejar rastro. Ahora la historia de los maestros caídos en el Caroní pareciera un cuento lejano, una reflexión postrada en espera de un reconocimiento o una sencilla palabra de aliento. Solo quedó latente el recuerdo de un puente colgante de madera en una ciudad nacida al calor del hierro.  (Agencias)

13 comentarios:

  1. Los colegios "Prof Gonzalo Mendez" I y II le deben su nombre a uno de esos maestros caidos.

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  2. de repente la placa la vendieron a alguna recuperadora

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  3. Recuerdo esa tragedia, Yo estudiaba 4to grado en La Escuela Granja Dr. Eusebio Baptista en Los Pantanos, Bocono Estado Trujillo. Fueron varios los docentes que murieron es esa tragedia que enluto a muchos hogares venezolanos.

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  4. y yo estudiaba en el Instituto Fortunato IOrellana (CVN) recuerdo muy bien

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  5. Gonzalo Mëndez era mi profesor de Inglés I y lo iba a ser de Inglés II, de la primera promoción de licenciados en Letras de UCABET.

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  6. la escuela basica jose luis guzmán tambien es en honor a uno de , los maestros caidos

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  7. Mi nombre es Noel Duque y estuve presente en esa tragedia cuando era tan solo un niño de 7 años. Mi madre fue una de las maestras que murió en ese siniestro y trágico día, se llamaba Josefa Molina de Duque era una mujer admirable, apuesta, muy inteligente, dedicada a su profesión, activa, era el pilar de nuestra familia y una madre consumada, quien a los 33 años de edad partió de esta tierra dejando 5 hijos, de los cuales yo soy el mayor de los hermanos. Lo que describe el artículo, ha traído a mi memoria ese fatídico día y otros recuerdos de vida. Además, de los eventos que a partir de ese día comenzaron a cambiar para siempre mi vida, la de mis hermanos y la toda nuestra familia. Lo que ocurrió ese día fue una total demostración de falta de programación, desorden, “0” mantenimiento, falta de sentido común, brutalidad e imprudencia humana… Todavía recuerdo a unos dos hombres jugando y asustando a las mujeres del grupo que gritaban de pánico mientras mecían de un lado a otro ese viejo y frágil puente hasta que lo rompieron. Mi padre (Isabelino Duque) y yo nos salvamos por la gracia de Dios, ya que cuando hacíamos la línea para cruzar el puente junto a mi madre yo me indispuse y mi padre tuvo que llevarme al baño de inmediato. Mi madre se quedó haciendo la línea para pasar al otro; y nos dijo que nos esperaría del otro lado en el autobús. Sé que ella esta con nuestro Señor disfrutando de la promesa de la vida eterna… Que Dios siga bendiciendo a todos esos huérfanos y familiares que perdieron a sus padres y seres queridos en El Salto de Llovizna.

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    2. Me has conmovido con tu comentario estoy segura que tu madre aun te espera en ese bus llamado cielo.... Lo importante es aprender de las cosas inesperada que nos ocurren en la vida ... Te apoyo totalmente que en este país a casi nada se le hace un mantenimiento de primera! Ejemplo: la represa macagua que no es la sombra de lo que fue... Y así podríamos hacer un reportaje de todas las obras que estan descuidadas en nuestro país

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    3. Saludo señor Noel me gustaria contactarlo para una entrevista mi correo

      iotero1@gmail.com

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  8. tremendo también el tema de la seguridad dónde quedaría esa placa que recuerda tal fatídico día...en que manos habrían reposado,será hampa común que se los quitaria al personal de mantenimiento o a lo mejor reposa en otro lugar por intereses particulares o el material que está elaborada la placa es de sumo valor y ya fue procesado sin saber que el valor está en lo escrito y el tiempo que cada vez dia que pasa eleva su incalculable fortuna.debería recuperarse es historia de guayana y colocar donde estaba.

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    1. Siempre es bueno conocer parte de nuestra historia de personas que la vivieron tan cerca, la ultima vez que vi esa placa fue en las ruinas del caroni, hace mas de 8 años, en una misa que realizaron la iglesia católica, para recuperara esas estructuras, pero realmente desconozco si aun continúa allí. Nunca entendi, si la habían quitado del parque para reestructurarla, xq la llevaron hasta las ruinas del caroní, un lugar tan lejos y solitario.!!

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