El gobierno de los Estados Unidos
ha decidido indagar un poco más sobre las consecuencias que el uso de los
smartphones tiene en los niños, concretamente el desarrollo conductual de los
jóvenes y en su rendimiento escolar.
Según los patrones de conducta
estudiados, Tom Bennet, el responsable del estudio, ha declarado que los niños
no deberían comenzar a usar smartphones (en solitario) hasta los 16 años.
También opina que salvo contadas
excepciones relacionadas casi siempre con emergencias, se debería vetar completamente
la presencia de smartphones en las aulas, y educar a los estudiantes sobre su
uso. Este tipo de educación, dicho sea de paso, no le vendría pero que nada mal
a muchos adultos.
Y es que los profesores y
maestros de hoy tienen por delante un reto muy grande: poner orden en un aula
de chicos y chicas conectados, que se llevan el móvil a clase y les sirve como
una distracción que puede durar perfectamente toda la jornada.
Por otra parte está la opinión de
Nick Gibb, uno de los responsables globales del sistema educativo
estadounidense, que quiere estar seguro de que “los consejos que dan a los
colegios tienen que estar a la altura del siglo 21″, ya que se corre el riesgo
de hacer que los responsables educativos parezcan completamente despegados de
la realidad.
“Creo que los smartphones en las
clases son una tentación enorme para los alumnos, pero eso no quiere decir que
los prohibiría” declaraba Bennet; “Recomendaría a los colegios que estudiasen
muy detenidamente su situación antes de permitir a los alumnos llevar
smartphones a clase“. Claro que según él mismo, otra opción muy viable es la de
ejercer algún tipo de tutela sobre las actividades que los menores llevan a
cabo con sus dispositivos. (Agencias)
No hay comentarios:
Publicar un comentario