Evan Spiegel, cofundador y director ejecutivo de Snapchat, se ha convertido en el millonario más joven |
Evan Spiegel, cofundador y director ejecutivo de Snapchat,
se ha convertido en el millonario más joven de la lista Forbes con sólo 25
años. Hace cuatro años, ya estuvo en boca de todos por rechazar la oferta de
Mark Zuckerberg, propietario de Facebook, para comprar su aplicación por 3.000
millones dólares. Declinó la propuesta porque cambiar todo el esfuerzo y la
lucha para conseguir un negocio como Snapchat por dinero le parecía algo banal.
A este joven emprendedor no le asemejaba suficientemente interesante el dinero
que le proponían. Valoraba más su libertad. Creía firmemente que su aplicación
de fotos y vídeos que se autodestruyen en diez segundos podía seguir creciendo
sin la ayuda de Facebook. Y así ha sido. En la actualidad, se ha convertido en
una de las apps más utilizadas entre los adolescentes.
El hecho de rechazar la oferta también puede tener algo que
ver con que Spiegel siempre ha tenido dinero. Nunca le ha faltado de nada.
Desde pequeño ha residido en un exclusivo barrio de los Ángeles. Es el mayor de
tres hermanos, que han vivido con un elevado nivel de vida: viajes a Europa,
clubs exclusivos y hasta un chef personal en casa. Como él mismo ha reconocido,
“vivíamos en una burbuja”. Sus padres, abogados, han tenido una carrera
fructífera que les ha permitido dar a sus hijos todo lo que les han pedido.
Hecho que llevó a Evan en los años de adolescencia a tener conflictos con John,
su padre. Sólo pedía coches nuevos y John pensó que su hijo estaba llenando su
vida de excesos, así que decidió cerrar el grifo. Todo esto ocurría en el 2007,
cuando sus padres se acaban de divorciar, así que Evan se fue a su madre con la
petición, quien sí le compró un BMW 550i, valorado en 75.000 dólares.
Spiegel siempre ha sido un trabajador nato. Antes de entrar
en la universidad ya paso los veranos trabajando en el periódico Crossroads y
en Red Bull. Y desarrollando los primeros trabajos relacionados con el diseño,
su mayor pasión. En 2010 entró en el programa de diseño de productos de
Stanford, que nunca llegó a terminar. Durante el segundo año conoció a su socio
en Snapchat, Bobby Murphy, en la fraternidad Kappa Sigma. Juntos forman un caso
extraño entre los emprendedores del mundo digital. La mayoría de estos negocios
nacieron en un garaje, en cambio Snapchat estuvo rodeado de una atmósfera llena
de lujos. La sede de la compañía estaba en sus inicios en la casa lujosa del
padre de Evan, en Toyopa Drive.
De todos estos chicos jóvenes que se han hecho millonarios
gracias a crear una aplicación, Spiegel es el guapo del grupo. Las marcas se
pelean por él. Es un magnífico reclamo para promocionar productos tecnológicos.
Guapo, joven y triunfador. Ahora, al parecer, será aún más popular, al
confirmarse su romance con Miranda Kerr, la modelo y actriz, siete años mayor
que él y madre de un hijo que tuvo con su exmarido Orlando Bloom.
Pero la historia de Snapchat, su empresa, no es tan
perfecta. Durante años Spiegel dijo que la idea surgió viendo la problemática que
suponía muchas veces que las fotos que te etiquetaban en Facebook quedarán
registradas en la red para siempre. Así que pensó junto a su amigo de la
universidad, Bobby Murphy, que podían inventar una fórmula para que las fotos
se autodestruyeran al cabo de unos segundos. Siempre se presentaron ellos dos
como los creadores del proyecto. Pero cuando la empresa ya estaba triunfando
entre los jóvenes llegó una demanda por parte de Reggie Brown que decía ser
quien había tenido la idea original y pedía su parte del negocio. En un
principio Spiegel y Murphy lo negaron pero terminaron llegando a un acuerdo con
Brown y publicando un comunicado que decía lo siguiente: “Fue Reggie Brown
quien vino primero con la idea de crear una aplicación que enviara fotos efímeras
mientras era estudiante de Stanford. Después colaboró con Spiegel y Murphy en
el desarrollo de Snapchat durante sus inicios”. Por tanto, la aplicación no fue
concebida como se nos había hecho creer siempre. En realidad, fue creada por
tres jóvenes y no por dos. Brown fue expulsado del proyecto a los inicios por
desavenencias y nunca pudo vivir el éxito de su invento. Una mancha en la
historia idílica de este joven millonario.
(Agencias)
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