El equipo de científicos no tiene armas y están en un lugar remoto |
Un oso polar pesa en promedio unos 460 kilos, y de largo
puede llegar a medir 2,40 a 2,60 metros.
La imagen de un oso polar siempre despierta ternura. Quizás
sea su pelaje blanco que genera la percepción de pureza, sumado al hecho que
usualmente los vemos en zoológicos o fotos, donde no suponen ningún peligro.
Muy diferente a lo que está viviendo un equipo de
científicos en la estación climática de Vaygach, una remota isla en pleno
Artico al norte de Rusia, quienes se encuentran sitiados por una manada de
cinco osos polares desde hace casi una semana.
Los osos buscan alimento. Y los científicos no cuentan con
armas o equipos que les permitan ahuyentarlos, sólo con instrumentos de
medición útiles para labor investigativa.
Mientras, los osos polares –cómo los que ellos ven a través
de las ventanas– pesan en promedio unos 460 kilos y pueden llegar a medir de
2,40 a 2,60 metros de largo.
Además, son tan ágiles que pueden llegar a saltar una
distancia de 3,65 metros.
Frente a esto, el único recurso con que cuenta el equipo de
investigadores son luces de bengala de emergencia, pero no han tenido éxito al
agitarlas.
El gobierno de Rusia prometió ayudar a solventar la
situación, informó el Fondo Mundial para la Naturaleza (o WWF en sus siglas en
inglés), una de las mayores organizaciones conservacionistas independiente del
mundo.
Mientras tanto, los científicos esperan.
El territorio natural de los oso polares en el Ártico abarca
des Murmansk en el oeste al Chukotka en el este.
Se cree que la presencia de estos animales en esta zona es
producto del cambio climático, que los ha obligado a explorar tierra adentro
por áreas para abastecerse de comida.
Estudiosos han registrado un incremento de ataques a humanos
por parte de los osos en los últimos años.
(BBC Mundo)
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